La ciencia es una disciplina en constante evolución que busca comprender los fenómenos naturales mediante la observación, la experimentación y el razonamiento lógico. Desde tiempos antiguos, el ser humano ha sentido una profunda curiosidad por los misterios del universo, lo que ha dado lugar a una incesante búsqueda de conocimiento. Gracias a la ciencia, hemos logrado explicar desde los procesos microscópicos que ocurren en una célula hasta los movimientos gigantescos de las galaxias en expansión. Campos como la biología, la física, la química, la geología y la astronomía trabajan de manera interconectada para construir una visión cada vez más precisa del funcionamiento del mundo. La tecnología moderna, que tanto utilizamos en la vida cotidiana, es fruto directo de descubrimientos científicos acumulados durante siglos. Sin la ciencia, no podríamos contar con vacunas, satélites, computadoras ni con los avances médicos que salvan millones de vidas. Pero más allá de sus aplicaciones prácticas, la ciencia también nos enseña a pensar con rigor, a dudar con inteligencia y a buscar pruebas antes de aceptar afirmaciones. El método científico, basado en la recopilación de datos, la formulación de hipótesis y la verificación de resultados, es una herramienta poderosa que permite distinguir entre hechos comprobables y opiniones. En un mundo cada vez más complejo y globalizado, cultivar el pensamiento científico no solo es útil, sino esencial para tomar decisiones informadas, combatir la desinformación y construir un futuro sostenible.