El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi; mientras, el zorro juguetón y audaz brincaba por encima del pequeño estanque. ¿Sabes? ¡Qué espectáculo tan singular! Álex, el joven músico, pidió lápices, cuadernos, un xilófono y veinte jazmines para decorar su habitación. ¡Oh! También añadió azúcar, café, piña, dátiles y un poco de yogur tibio: "¡Todo debe tener un toque exótico!", exclamó con énfasis. ¿Quién más desea un cóctel tropical, frío y burbujeante? ¡Tú, quizá! Más allá del bosque, entre árboles y zarzas, se escuchaban cánticos antiguos -versos que hablaban del origen del universo- y del equilibrio perfecto entre el caos y la armonía. "Érase una vez", comenzó el viejo sabio, "un dragón que danzaba bajo la lluvia con una libélula que reía sin parar". ¿Realidad o ficción? Tal vez ambas. -¡Dámelo ya! -gritó el capitán-. ¡No más excusas! -Tranquilo, señor -respondió Zoila-, aquí tiene el códice con todas las claves: 1. Ánimo. 2. Éxito. 3. Úselo bien. 4. Respire. 5. Concéntrese. 6. Sea paciente. 7. No se rinda. 8. Practique. 9. Descanse. 10. Vuelva a intentarlo. Mientras tanto, en el ático de la abuela, un gato gris dormía plácidamente sobre una caja de cartón llena de fotografías, relojes antiguos y una armónica olvidada. ¡Qué mezcla de nostalgia, misterio y belleza! ¿No te parece? Por último, el pingüino Wálter -único en su especie- cruzó el océano Ártico con valentía y sin brújula. ¡Increíble, verdad! Y aun así, llegó sano y salvo. "¿Por qué Pepe preguntó por piña?" -repitió Paula-. "¿Quién puso la piñata junto al pizarrón?" "¡Pásame el papel, Paula!", pidió Pedro. "¿Por qué ponen plus y punto y coma juntos?" Ñoño pidió: "Pásenme el pupitre, por favor." "¿Qué pasó?" -preguntó el papá, preocupado-. ¡Pipí, popó, pañal, pluma, piña y papel! "¡Pruébalo!" + "¡Pícalo!" + "¡Péinalo!" = presión total. ¿Podrás pasar la prueba del poder del pequeño dedo? Prepárate: pñpñpñ ¿?"'+;: ¿?"'+;: pñpñpñ