¿Cuándo surgió el peronismo?El peronismo nació como representación política de una clase obrera incipiente que se había formado por el éxodo a las grandes ciudades argentinas de población rural, en su mayor parte mestizos descendientes de pueblos originarios. Hasta entonces, los partidos socialista y comunista, así como los sindicatos anarquistas, creados e integrados mayoritariamente por inmigrantes europeos, no habían conseguido conectar con las masas de desheredados que trabajaban en el campo en régimen de servidumbre. El porcentaje de sindicación era residual, lo mismo que el respaldo electoral de la izquierda. En 1943, 15 años después de sufrir su primer golpe de Estado, Argentina salía del periodo conocido como Década Infame, marcado por el fraude electoral y un modelo económico que la condenaba a ser, pese a su nominal independencia política, una pieza subordinada del Imperio Británico cuyo papel se reducía al de proveedora de materias primas. Ese año se produjo otro golpe de Estado y el nuevo gobierno, lastrado por la decisión de mantenerse neutral hasta último momento en la Segunda Guerra Mundial, buscaba su acomodo en el nuevo orden internacional. El entonces coronel Juan Domingo Perón, cargo de segunda fila en la dictadura militar que regía el país, se había significado como secretario de Trabajo y Previsión en la defensa de la incipiente clase trabajadora, con medidas como El Estatuto del Peón, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales; el establecimiento del seguro social y la jubilación; la creación de tribunales de trabajo, la creación del aguinaldo (paga extra de Navidad) para todos los trabajadores y el reconocimiento de la asociaciones profesionales, lo que dio lugar al nacimiento de sindicatos poderosos. Estas medidas, que habían hecho crecer la popularidad de Perón, habían levantado también recelos en sus compañeros de gobierno. Destituido y arrestado Perón, la gigantesca movilización popular que consiguió su libertad supuso no sólo la irrupción de la clase trabajadora en la política argentina, sino también el nacimiento de lo que a partir de ese día, el 17 de octubre de 1945, se empezó a conocer como peronismo. Pero junto al peronismo, Argentina vio nacer también al antiperonismo. Aquella irrupción plebeya en la política argentina despertó primero el desprecio y después el rechazo de las clases altas, propietarias de la tierra, y también de buena parte de la clase media ilustrada, urbana y descendiente de la inmigración europea. Al año siguiente se convocaron elecciones, en las que Perón barrió a sus adversarios, coaligados en una alianza antiperonista en la que convivían conservadores, radicales, socialistas y comunistas. ¿A qué se debe el predicamento del peronismo en los sectores populares de Argentina?La identificación de los sectores populares con el peronismo se remonta a la primera presidencia de Perón (1946-1952), cuando se aplicó una política económica que se podría caracterizar como keynesiana. Argentina inició un proceso de creación de industria liviana mediante la sustitución de importaciones y una fuerte presencia intervencionista del Estado. La industria creada al albur de esas políticas sobreviviría al peronismo y mantendría cierto vigor hasta el proceso de derrumbe de la industria nacional iniciado por la última dictadura militar (1976-1983). Pese a los avatares sufridos en la política argentina, muchas de las medidas adoptadas durante el primer gobierno de Perón, como el voto femenino o la gratuidad de la enseñanza universitaria, también conseguirían sobrevivir. Sin embargo, lo que supondría la seña de identidad del peronismo fue su política social y su defensa de los derechos laborales, pero también su rechazo al concepto marxista de lucha de clases. Durante la presidencia de Perón, los salarios alcanzaron por el 50 por ciento de la renta del país, un nivel nunca recuperado desde entonces. También dio lugar al surgimiento una burguesía nacional no ligada a la exportación de materias primas, sino al consumo interno. ¿Fue Perón un populista?Los tópicos que permiten identificar al populismo, más allá de las consideraciones peyorativas que usualmente se atribuyen a este término, están presentes en el peronismo. El concepto de pueblo en oposición a los grandes poderes dominantes, una conducción que fomenta el culto a la personalidad, la identificación de esa opción política con los intereses nacionales, la dicotomización de la sociedad entre partidarios y detractores de esa opción política y el policlasismo forman parte del adn peronista. ¿Es el peronismo una fuerza democrática?El peronismo se ha enfrentado desde su nacimiento a acusaciones por parte de sus detractores de no respetar los valores republicanos y de actuar con autoritarismo, especialmente durante los dos primeros gobiernos de Perón (1946-1955). Sin embargo, todos los presidentes peronistas han gobernado con el respaldo popular y tras ganar irreprochablemente en las urnas. El peronismo fue desalojado del poder en dos ocasiones por sendos golpes de Estado y fue objeto, además, de 18 años de proscripción, entre 1955 y 1973. La mayor parte de los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura estaban identificados con la izquierda peronista. ¿El peronismo es de izquierdas o de derechas?Las categorías izquierda y derecha, nacidas tras la revolución francesa, pueden ser útiles para entender la política europea, pero suelen perder eficacia cuando se trata de entender realidades políticas alejadas del viejo continente. Argentina es un buen ejemplo de ello. En el origen del peronismo confluyeron dirigentes de diversas procedencias, desde sindicalistas que llegaban desde el anarquismo y las corrientes clásicas de la izquierda hasta nacionalistas de ideología opuesta. El estilo de dirección de Perón, un dirigente esencialmente pragmático y calculadamente ambiguo, permitió construir un movimiento amplio y sin grandes definiciones ideológicas. Ello dio lugar a que en los violentos años setenta las diferencias internas se dirimieran a tiros y también a que en nombre del peronismo durante los años noventa el presidente Carlos Menem aplicara unas políticas de privatizaciones y desindustrialización opuestas a la tradición del partido al que pertenecía. El ideario peronista podría resumirse en unas pocas categorías incluidas en su lema de una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana: defensa de la industrialización, control de las exportaciones, Estado fuerte, salud y educación públicas, neutralidad internacional frente a las grandes potencias e integración política y comercial con el resto de América Latina. El nuevo presidente, Alberto Fernández, considera al peronismo una fuerza de centro izquierda.