"Dios es el creador de todos los sueños -me comunicó Pearce en una ocasión- Llena la mente durmiente de todo lo que nosotros hemos desdeñado." "¡Qué idiotez, Pearce! -le contesté yo en aquella ocasión- La mayor parte de mis sueños son sobre comida. Mis noches se llenan gratamente de fricasés de conejo, pasteles de venado y syllabub de chocolate, que en ninguno de los casos es algo que yo haya desdeñado". Si mi recuerdo no me falla, luego Pearce hizo alguna contrarréplica referente a que Dios me hacía ver mi propia glotonería, la cual yo ignoraba enteramente.