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Principios de Juego Ofensivos
created Oct 20th 2017, 18:26 by W M
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A continuación se mencionarán los principios de juegos ofensivos, es decir, el equipo con el balón:
Simpleza: Jugar simple, no arriesgar el balón buscando una jugada complicada o que signifique riesgo, especialmente en aquellas acciones defensivas o cerca de nuestra área. Ese riesgo hay que asumirlo sólo en el área rival. Jugar simple no significa jugar siempre de primera y a un metro. Jugar simple, significa hacer la jugada correcta en el momento preciso, hacer la jugada que más conviene en ese instante.
Alternancia en el juego: Alternar las acciones de juego. Jugar a lo largo y ancho, jugar corto y jugar largo, jugar a ritmo lento dando seguridad al balón y jugar rápido con cierto riesgo, jugar a ras de piso y utilizar el juego aéreo, realizar variaciones en el juego, de tal manera producir sorpresa en el equipo rival, no jugar todo el partido de la misma manera monótona, rutinaria y predecible.
Desmarcación: Salir de la marca sorpresivamente o atraer marcas, crear espacios con movimientos rápidos e inteligentes para otro compañero y tener la intención permanente de no dejarse marcar o de entregarse a la marca, facilitarle la acción que se desea realizar. Llevar la iniciativa de la jugada ante el rival que lo marca, iniciar la acción siguiente o dar la posibilidad de realizarla.
Ganar la línea de fondo: Lograr llegar con el balón dominado o de un pase al fondo de la cancha y realizar desde ahí un pase gol. Este principio nos garantiza anular el fuera de juego, además de encontrar a nuestros atacantes de frente al arco y por ende a los defensas corriendo hacia un propio pórtico. Llegar a la línea de fondo a través de una jugada individual, de un dos uno, de una pared o lo más usual, mediante una pasada por la espalda del jugador que posee el balón, este apoyo de ruptura es la acción ofensiva que se debe buscar a cada instante, especialemente en las defensas cerradas (superioridad númerica), para provocar descontrol y desorden en la defensa rival.
Hambre y sed de gol: Tener una permanente convicción de convertir, estar siempre en busca del arco rival, ir encima del arquero ante cada tiro, en acompañar cada jugada de ataque, aparecer en el área rival en forma sorpresiva y permanentemente, irrumpir en busca de la oportunidad (oportunismo) estar ahí para meterla adentro.
Dominio de la pared y el dos uno: Realizar ambas jugadas en cualquier parte del campo, pues mediante ellas evitamos el dribling y podemos a través de esta simple acción eliminar uno, dos o varios adversarios al mismo tiempo, Ambas jugadas tienen un efecto mortal en el área rival si se llevan a cabo en forma eficaz. Es necesario dejar en claro que la pared es una devolución de primera del compañero y en el dos uno la devolución es de dos toque (pausa).
Asegurar el balón (posesión del balón): Saber tenerlo y saber para qué. Tener un balón para mantenerlo, para crear espacios, para atacar, para mantener un resultado, para recuperar energías, para cansar al rival, etc. saber mantener el balón haciendo un buen uso de la técnica individual y colectiva. Este principio es la base del buen juego, de las acciones colectivas, de las combinaciones y para ello, se requiere de otros principios de juegos ofensivos que deben manifestarse de manera permanente: movilidad, desmarcación, simpleza, acompañar a quien lleva el balón, cambios de juego, entre otros.
Jugar en amplitud: Trasladar el balón a lo ancho de la cancha, abriendo el juego realizando cambios de juego, para poder ingresar a la defensa rival por las bandas, ocupar todo el ancho de la cancha, hacer uso de todo el frente para poder crear espacios en la línea defensiva y recién ahí penetrarla.
Jugar en profundidad hacia delante - penetración: Jugar a lo largo del campo, hacia atrás y hacia delante (preferentemente), profundizar el juego en busca del arco rival, ya sea a través de jugadas individuales, grupales o colectivas, mediante juego construido o improvisado. Es decir, hacer uso de la penetración en la zona defensiva rival.
Reconversión de defensa a ataque: Atacar apenas se recupera el balón, sorprender con una jugada hacia adelante si es posible o de lo contrario trasladar y mantener el balón para hacerlo en una ocasión propicia. Pasar de ser atacado a atacante, require de una organización preestablecida de la manera que dicha acción sea efectiva, tener elaborada algunas jugadas que se realicen en dicho momento. En el instante mismo en que el equipo recupera el balón, todas las funciones de los jugadores se invierten. Como el fútbol actual presenta a menudos defensas reforzadas, la rapidez de la reconversión defensa ataquej uega un papel primordial, a fin que inmediatamente se pueda lanzar un contraataque veloz que no permita a la defensa contraria una reorganización eficaz. Si el contraataque no es posible, se hará la pausa guardando el balón a fin de elaborar una acción construida e inteligente, la que se acelerará en el momento oportuno, poniendo mucha atención en la precisión de los pases.
Atacar al arquero rival ante un tiro (ir al rebote): Esta es una manera de acompañar la jugada, tener la actitud permanente de ir encima del arquero cada vez que intervenga ante un tiro, pensar que el balón que va a recibir puede soltársele o pegar en uno de los postes del arco. Convicción en convertir, hombre gol.
Acompañar al jugador que tiene el balón: Mostrarse, querer el balón, facilitar el pase al máximo, que el poseedor del balón tenga a lo menos 3 o 4 posibilidades de pase. Existen 3 tipos de ayuda al compañero:
Apoyo Común: Compañero en cualquier ubicación.
Apoyo Sostén: Compañero que está detrás.
Apoyo de Ruptura: Compañero que pasa la línea del balón.
Tranquilidad y rapidez en la jugada final: En este principio, aunque parezca una contradicción, es imperativo que para finiquitar se manifiesten de manera frecuente estas dos acciones, la tranquilidad y la rapidez. Que tranquilidad no se confunda con lentitud y que la rapidez no se transforme en apresuramiento, realizar la acción correcta en el lapso de tiempo oportuno, de tal manera que dicha jugada sea proficiente. Hacer entender al atacante en poder del balón, que él, es el dueño de la acción, él es quien lleva la iniciativa del juego, especialmente si dicha jugada se realiza en el área rival. Amagar siempre frente al arquero, este siempre reaccionará al primer intento o movimiento del atacante.
Improvisación: Crear jugadas sorpresivas y variadas que tendrán como objetivo fundamental sorprender y engañar al rival, sacarlo de su natural esquema, crear confución e indecisión en él con una simple maniobra improvisada inusual y rápida (repentina). Estas jugadas de improvisación pueden ser recursos que se deberían utilizar en determinado momento y por lo cual, es necesario entrenarlas; tacos, chilenas, paloma, túneles, rabonas, amagues, jugarse la individual, entre otras.
Realizar cambios de frente y de juego: Este principio tiene como finalidad esencial cambiar de posición y de perfil a los defensores, moverlos y zarandearlos de una lado a otro, produciendo con ello la posibilidad de que se creen espacios o se logre atacar a los defensores por aquel lugar en el cual tienen menos jugadores. Los principales ingredientes que debe tener este principio son la visión panorámica y la sorpresa.
Tirar o pasar y seguir la jugada: Jamás el jugador que pasa el balón a un compañero o tira al arco debe quedarse estático o en una actitud pasiva, debe acostumbrarse que la jugada con su pase o tiro no termina ahí, sino que por el contrario, debe seguir la jugada ya sea para volver a recibir, atraer marcas o ir a un posible rebote o rechazo del balón que él ha lanzado.
Iniciar la jugada por un lado y finalizar en el otro: Salir jugando por un lado, pero teniendo presente que se tendrá que realizar un cambio de juego para terminar la jugada sorprendiendo por el lado opuesto.
Anticipación ofensiva: Ante cualquier acción ofensiva con el balón en movimiento o de táctica fija, los atacantes deben salir violenta y rápidamente de las marcas e ir al encuentro del balón. Llegar a tomar contacto con él, antes que el defensor, ya sea para recibir, desviar o pasar a un compañero o para convertir.
Movilidad (iniciativa y actitud de querer jugar): Este es el principio de juego ofensivo más importante en la concepción, creación y finiquitación del juego colectivo. Movilidad es querer el balón, es mostrarse, es brindar posibilidades de pase al compañero que lo tiene, es crear espacios, ocuparlos y aprovecharlos mediante la dinámica y ayuda permanente al portador del balón. Este principio de juego cobra mayor importancia bajo la siguiente premisa esencial "el jugador que da inicio a la jugada es el que no tiene el balón".
Saber que hacer con el balón antes de recibirlo: Esto es lo que más debe ser trabajado en niños y jóvenes futbolistas, que antes de tomar contacto con el balón, tengan definido que van hacer al recibirlo (control orientado encadenado a otra acción, pase o tiro de primera).
Simpleza: Jugar simple, no arriesgar el balón buscando una jugada complicada o que signifique riesgo, especialmente en aquellas acciones defensivas o cerca de nuestra área. Ese riesgo hay que asumirlo sólo en el área rival. Jugar simple no significa jugar siempre de primera y a un metro. Jugar simple, significa hacer la jugada correcta en el momento preciso, hacer la jugada que más conviene en ese instante.
Alternancia en el juego: Alternar las acciones de juego. Jugar a lo largo y ancho, jugar corto y jugar largo, jugar a ritmo lento dando seguridad al balón y jugar rápido con cierto riesgo, jugar a ras de piso y utilizar el juego aéreo, realizar variaciones en el juego, de tal manera producir sorpresa en el equipo rival, no jugar todo el partido de la misma manera monótona, rutinaria y predecible.
Desmarcación: Salir de la marca sorpresivamente o atraer marcas, crear espacios con movimientos rápidos e inteligentes para otro compañero y tener la intención permanente de no dejarse marcar o de entregarse a la marca, facilitarle la acción que se desea realizar. Llevar la iniciativa de la jugada ante el rival que lo marca, iniciar la acción siguiente o dar la posibilidad de realizarla.
Ganar la línea de fondo: Lograr llegar con el balón dominado o de un pase al fondo de la cancha y realizar desde ahí un pase gol. Este principio nos garantiza anular el fuera de juego, además de encontrar a nuestros atacantes de frente al arco y por ende a los defensas corriendo hacia un propio pórtico. Llegar a la línea de fondo a través de una jugada individual, de un dos uno, de una pared o lo más usual, mediante una pasada por la espalda del jugador que posee el balón, este apoyo de ruptura es la acción ofensiva que se debe buscar a cada instante, especialemente en las defensas cerradas (superioridad númerica), para provocar descontrol y desorden en la defensa rival.
Hambre y sed de gol: Tener una permanente convicción de convertir, estar siempre en busca del arco rival, ir encima del arquero ante cada tiro, en acompañar cada jugada de ataque, aparecer en el área rival en forma sorpresiva y permanentemente, irrumpir en busca de la oportunidad (oportunismo) estar ahí para meterla adentro.
Dominio de la pared y el dos uno: Realizar ambas jugadas en cualquier parte del campo, pues mediante ellas evitamos el dribling y podemos a través de esta simple acción eliminar uno, dos o varios adversarios al mismo tiempo, Ambas jugadas tienen un efecto mortal en el área rival si se llevan a cabo en forma eficaz. Es necesario dejar en claro que la pared es una devolución de primera del compañero y en el dos uno la devolución es de dos toque (pausa).
Asegurar el balón (posesión del balón): Saber tenerlo y saber para qué. Tener un balón para mantenerlo, para crear espacios, para atacar, para mantener un resultado, para recuperar energías, para cansar al rival, etc. saber mantener el balón haciendo un buen uso de la técnica individual y colectiva. Este principio es la base del buen juego, de las acciones colectivas, de las combinaciones y para ello, se requiere de otros principios de juegos ofensivos que deben manifestarse de manera permanente: movilidad, desmarcación, simpleza, acompañar a quien lleva el balón, cambios de juego, entre otros.
Jugar en amplitud: Trasladar el balón a lo ancho de la cancha, abriendo el juego realizando cambios de juego, para poder ingresar a la defensa rival por las bandas, ocupar todo el ancho de la cancha, hacer uso de todo el frente para poder crear espacios en la línea defensiva y recién ahí penetrarla.
Jugar en profundidad hacia delante - penetración: Jugar a lo largo del campo, hacia atrás y hacia delante (preferentemente), profundizar el juego en busca del arco rival, ya sea a través de jugadas individuales, grupales o colectivas, mediante juego construido o improvisado. Es decir, hacer uso de la penetración en la zona defensiva rival.
Reconversión de defensa a ataque: Atacar apenas se recupera el balón, sorprender con una jugada hacia adelante si es posible o de lo contrario trasladar y mantener el balón para hacerlo en una ocasión propicia. Pasar de ser atacado a atacante, require de una organización preestablecida de la manera que dicha acción sea efectiva, tener elaborada algunas jugadas que se realicen en dicho momento. En el instante mismo en que el equipo recupera el balón, todas las funciones de los jugadores se invierten. Como el fútbol actual presenta a menudos defensas reforzadas, la rapidez de la reconversión defensa ataquej uega un papel primordial, a fin que inmediatamente se pueda lanzar un contraataque veloz que no permita a la defensa contraria una reorganización eficaz. Si el contraataque no es posible, se hará la pausa guardando el balón a fin de elaborar una acción construida e inteligente, la que se acelerará en el momento oportuno, poniendo mucha atención en la precisión de los pases.
Atacar al arquero rival ante un tiro (ir al rebote): Esta es una manera de acompañar la jugada, tener la actitud permanente de ir encima del arquero cada vez que intervenga ante un tiro, pensar que el balón que va a recibir puede soltársele o pegar en uno de los postes del arco. Convicción en convertir, hombre gol.
Acompañar al jugador que tiene el balón: Mostrarse, querer el balón, facilitar el pase al máximo, que el poseedor del balón tenga a lo menos 3 o 4 posibilidades de pase. Existen 3 tipos de ayuda al compañero:
Apoyo Común: Compañero en cualquier ubicación.
Apoyo Sostén: Compañero que está detrás.
Apoyo de Ruptura: Compañero que pasa la línea del balón.
Tranquilidad y rapidez en la jugada final: En este principio, aunque parezca una contradicción, es imperativo que para finiquitar se manifiesten de manera frecuente estas dos acciones, la tranquilidad y la rapidez. Que tranquilidad no se confunda con lentitud y que la rapidez no se transforme en apresuramiento, realizar la acción correcta en el lapso de tiempo oportuno, de tal manera que dicha jugada sea proficiente. Hacer entender al atacante en poder del balón, que él, es el dueño de la acción, él es quien lleva la iniciativa del juego, especialmente si dicha jugada se realiza en el área rival. Amagar siempre frente al arquero, este siempre reaccionará al primer intento o movimiento del atacante.
Improvisación: Crear jugadas sorpresivas y variadas que tendrán como objetivo fundamental sorprender y engañar al rival, sacarlo de su natural esquema, crear confución e indecisión en él con una simple maniobra improvisada inusual y rápida (repentina). Estas jugadas de improvisación pueden ser recursos que se deberían utilizar en determinado momento y por lo cual, es necesario entrenarlas; tacos, chilenas, paloma, túneles, rabonas, amagues, jugarse la individual, entre otras.
Realizar cambios de frente y de juego: Este principio tiene como finalidad esencial cambiar de posición y de perfil a los defensores, moverlos y zarandearlos de una lado a otro, produciendo con ello la posibilidad de que se creen espacios o se logre atacar a los defensores por aquel lugar en el cual tienen menos jugadores. Los principales ingredientes que debe tener este principio son la visión panorámica y la sorpresa.
Tirar o pasar y seguir la jugada: Jamás el jugador que pasa el balón a un compañero o tira al arco debe quedarse estático o en una actitud pasiva, debe acostumbrarse que la jugada con su pase o tiro no termina ahí, sino que por el contrario, debe seguir la jugada ya sea para volver a recibir, atraer marcas o ir a un posible rebote o rechazo del balón que él ha lanzado.
Iniciar la jugada por un lado y finalizar en el otro: Salir jugando por un lado, pero teniendo presente que se tendrá que realizar un cambio de juego para terminar la jugada sorprendiendo por el lado opuesto.
Anticipación ofensiva: Ante cualquier acción ofensiva con el balón en movimiento o de táctica fija, los atacantes deben salir violenta y rápidamente de las marcas e ir al encuentro del balón. Llegar a tomar contacto con él, antes que el defensor, ya sea para recibir, desviar o pasar a un compañero o para convertir.
Movilidad (iniciativa y actitud de querer jugar): Este es el principio de juego ofensivo más importante en la concepción, creación y finiquitación del juego colectivo. Movilidad es querer el balón, es mostrarse, es brindar posibilidades de pase al compañero que lo tiene, es crear espacios, ocuparlos y aprovecharlos mediante la dinámica y ayuda permanente al portador del balón. Este principio de juego cobra mayor importancia bajo la siguiente premisa esencial "el jugador que da inicio a la jugada es el que no tiene el balón".
Saber que hacer con el balón antes de recibirlo: Esto es lo que más debe ser trabajado en niños y jóvenes futbolistas, que antes de tomar contacto con el balón, tengan definido que van hacer al recibirlo (control orientado encadenado a otra acción, pase o tiro de primera).
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